La Educación Emocional debe respetar la continuidad de los procesos y utilizar metodologías vivenciales y participativas, centrando la atención en la historia personal y en las necesidades del niño/a o joven.
Estamos asistiendo a una revolución emocional que afecta, desde la psicología, a todos los ámbitos de la educación. La Educación Emocional trata un conjunto específico de aptitudes que se hallan implícitas dentro de las capacidades abarcadas por la inteligencia social. Cada individuo tiene la necesidad de aprender a establecer prioridades, de mirar positivamente hacia el futuro y reparar los sentimientos desagradables. Habremos de proponernos el desarrollo de programas y acciones educativas que nos exigen, para ser coherentes y eficaces, respetar algunas condiciones.
Modelado
Como aspecto básico de la intervención, juzgamos de gran relevancia la función de los modelos en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El niño, la niña y el o la joven aprenden a partir de los comportamientos que observa en las personas que constituyen modelos de referencia. El principal modelo, en este proceso, son las actitudes y conductas del educador o educadora que guía el interés de la acción educativa hacia las capacidades de la inteligencia emocional y que acompaña de forma explícita este proceso de aprendizaje.
Por otra parte debemos analizar como otros modelos (familiares, otros agentes educadores, círculo de iguales, redes sociales, medios de masas, etc.) influyen en los valores y comportamientos del chico o chica, de manera que podemos planificar actuaciones orientadas a reforzar la atención en los modelos positivos y a retirarla de los no deseables.
Didáctica
La metodología didáctica se diseña a partir en diversos enfoques y modelos educativos. Entre ellos están el enfoque humanista, el modelo sistémico y la dimensión moral.
Enfoque humanista
Concebimos el desarrollo de la inteligencia emocional como un proceso de construcción personal de significados a lo largo de la vida. Tal construcción tendrá lugar con la participación activa y la implicación personal del sujeto en el proceso de aprendizaje. Así pues, toda propuesta práctica debe partir de las competencias y los conocimientos previos, de los intereses y necesidades del individuo, para que pueda asimilar conocimientos e incorporar a su conducta nuevas actitudes y comportamientos. Una actuación centrada en la persona que procura aprendizajes significativos.
Modelo sistémico
Atendiendo a un modelo sistémico los procesos de comunicación entre los intervinientes –docente y discente- son relevantes en todo el proceso, de forma que resulta preceptivo cuidar todos sus elementos en pos de una adecuada relación interpersonal. Por otra parte, para que el aprendizaje sea funcional, cada propuesta programática debe atender a la realidad de la convivencia del niño, niña o joven con las personas de su entorno próximo y, en la medida de lo posible, hacer a éstas partícipes de los procesos de que implementan la Educación Emocional.
Dimensión moral
Está fuera de cuestión la inseparabilidad esencial de la emoción y el razonamiento. Relacionar la Educación Emocional con la Educación en Valores supone enfatizar la idea de que la educación consiste en ofrecer respuestas a todas las dimensiones de la persona: cognitivas, conductuales y afectivas -el pensar, el hacer y el sentir-.
La Educación Emocional deber ser a la vez educación moral que proponga programas de acción pedagógica cuyos objetivos se concreten en la construcción de la personalidad ética, la educación de los sentimientos y la competencia comunicacional, la adquisición de competencias éticas, la aceptación de límites y normas de convivencia, así como la gestión de las emociones y su consecuencia conductual: la autorregulación del comportamiento.
Reconocer lo que nos agrada o desagrada y moderar la respuesta ante cada situación nos permite reflexión acerca de cuál deseamos que sea nuestro comportamiento. En esta pausa hacemos revisión de nuestros intereses y los contrastamos con nuestras creencias y nuestros valores...
Las emociones mejoran la percepción moral, orientan y proporcionan apoyo para que adherirse a los principios éticos sea más fácil. Expresan los valores y compromisos más profundos de la persona y proporcionan guías básicas para la conducta moral.
Debemos establecer las condiciones que favorezcan un clima positivo para las relaciones, la reflexión y la realización afectiva. Trabajamos a la vez y de manera continua aspectos éticos y emocionales.
La dimensión moral propone la creación de contextos y actividades que ayuden al discente a descubrir, observar, reflexionar y degustar sus propios valores.
Recursos
He recopilado técnicas, dinámicas y actividades enfocadas al desarrollo de competencias emocionales. Podemos visitar la Biblioteca de Recursos Didácticos de ACENTO Escuela de Animadores y recurrir a estos materiales, donde encontraremos abundantes sugerencias, en el momento de planificar y de llevar a la práctica la Educación Emocional.
La relación entre la Educación Emocional y la Educación en Valores es muy clara, y en mi opinión una no puede estar completa sin la otra. Por ejemplo, en el momento en que estamos aplicando la Educación en Valores en un niño, sea cual sea el valor elegido en el momento, está implícita la Educación Emocional, ya sea a través de cómo el educador ha decidido enfocar la dinámica para adaptarse a todo el grupo o como los mismos niños perciben tanto lo que quiere decir el educador como sus compañeros.
Por eso, para poder dar una buena Educación en Valores es importante tener en cuenta la Educación Emocional, y viceversa.
Para conseguir una educación en valores adecuada es necesario ofrecer a las niñas y a los niños oportunidades y experiencias para que puedan pasar de la obediencia a la decisión propia, y para que esta se tome teniendo en cuenta el bien común.A medida que los niños y las niñas desarrollan su autoconciencia, empieza a aparecer su sentido moral, y con él emociones como el orgullo, la vergüenza, la confianza, la culpabilidad, la envidia.
Si educamos en valores, en principio, positivos, también lo estamos haciendo en los negativos, con lo cual la persona se verá afectada, de manera negativa, si recibe un trato el cual entraría dentro de los valores asociados a la negatividad. De la misma manera pasa en…
La Metodología de la Educación Emocional que se presenta se basa en un enfoque integral y holístico que reconoce la importancia de desarrollar tanto el aspecto emocional como el cognitivo en el proceso educativo. Esta perspectiva considera que el desarrollo emocional es fundamental para el crecimiento personal y social de los individuos, y por lo tanto, debe ser abordado de manera continua y permanente a lo largo de la vida.
En mi parecer, esta metodología es muy acertada y relevante en el contexto actual, donde se reconoce cada vez más la importancia de las habilidades emocionales en diversos ámbitos de la vida. El hecho de que la educación emocional se considere como un proceso educativo continuo y permanente refleja la…
Después de haber leído todo el post y haber estudiado más en profundidad la Educación Emocional con vuestro curso. Me parece importantísimo unir IE y valores, ya que ambos siguen una misma trayectoria.
Veo la relación entre ambos, porque con una educación emocional que nos enseñe a conocer nuestras emociones, regular nuestras acciones y conocer mejor a las personas que nos rodean para poder comunicarnos de manera sana con ellas; sumamos la educación en valores, que nos hace ser honestos a nosotros mismos y al resto, actuar en concordancia con lo que sentimos y expresarnos de manera clara sin herir los sentimientos de nadie.
Buenos días,
Soy Vicente Monleón, participante de la formación "Gestión de conflictos y mediación educativa". Tras leer este post me gustaría comentar mi conformidad con respecto a la necesidad de favorecer una educación emocional basada en las metodologías activas y vivenciales. A pesar de ser también significativo para los procesos de enseñanza-aprendizaje introducir propuestas puntuales sobre la "educación en valores" como animaciones a la lectura, tareas de cine-fórum, dinámicas empáticas, etc., lo más provechoso para el desarrollo del alumnado consiste en trabajar esta vertiente del desarrollo integral, in situ, a partir de la cotidianidad y de los sucesos que van desarrollándose en la propia práctica diaria.
Saludos,
Vicente Monleón