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El monitor y la monitora de tiempo libre educativo juvenil

Es esta la denominación de una labor, un puesto, que resulta rara por lo larga. Será por diferenciar... Nos preguntamos: ¿cuál es el desempeño y las tareas de un monitor o monitora en el ámbito del ocio educativo?

El trabajo del Monitor o Monitora de Tiempo Libre Educativo se enmarca en los proyectos y actividades de Animación Sociocultural infantil y juvenil que, a su vez, se clasifica dentro de la Educación no formal. La acción educativa de la Monitora o Monitor, en este ámbito, se da proporcionando al niño, la niña o al joven, experiencias planificadas y ordenadas siguiendo objetivos de aprendizaje marcados previamente y referidos principalmente a la educación en valores.

El desempeño

Podemos afirmar que el Monitor o Monitora realiza sus funciones de forma específica y propia. El puesto del Monitor o Monitora de Tiempo Libre Educativo de Infancia y Juventud puede describirse de la siguiente forma: profesional o voluntario/a en el ámbito de la Animación Sociocultural y del tiempo libre educativo, con competencias para seguir planificaciones y desarrollar actividades orientadas a la educación integral, dirigidas al grupo de discentes del que se convierte en responsable docente.

Trabaja de forma continuada con un grupo de menores o de jóvenes adultos, desde una estrecha relación educador/educando, realizando tareas de acompañamiento y de tutoría personal. Y desarrolla con ellos y ellas gran variedad de programas, actividades, técnicas y dinámicas de grupo características de la educación de valores,apoyadas en la educación emocional y el aprendizaje colaborativo.

La metodología

Siguiendo la metodología de la Animación Sociocultural, el monitor o monitora acompaña y anima al grupo: propone, guía y arbitra. El/la monitor/a (guía, educador o animador) responde, al propósito de transformación personal y social de su intervención, encadenando programas de contenidos y técnicas que siempre invitan a la experimentación y la participación. Hace evolucionar la experiencia para adecuarla a las expectativas o necesidades del grupo y, desde la perspectiva de una educación centrada en la persona, de cada participante.

Los programas y las técnicas de dinámica de grupos que desarrolla siguen objetivos de aprendizaje centrados en las emociones, las relaciones sociales, el descubrimiento de valores y la participación ciudadana, orientando cada experiencia del grupo a una vivencia crítica de su realidad y la de su entorno.

No existe currículo previsto de antemano de forma que, habitualmente, cada equipo de monitores y monitoras con sus coordinadores/as decide y planifica el desarrollo temático y la programación de actividad que finalmente se ha de implementar.

Las funciones

Las funciones son las principales responsabilidades dentro de un puesto de trabajo. La función del puesto es el conjunto de las tareas o actividades llevadas a cabo por una persona en esa posición.

La responsabilidad del acto educativo recae en el agente monitor/educador, aunque es necesaria la respuesta del educando como característica de la acción. Sin embargo, esta última no entraña una responsabilidad consciente del/la participante en la formulación del proceso, sino que surge como resultado del mismo. Teniendo en cuenta esto, destacamos como funciones del monitor o monitora:

Función educadora. La figura del Monitor como educador es esencial. El monitor y la monitora de tiempo libre educativo son promotores de iniciativas, animadores de las mismas y agentes de acción educativa. Ser monitor/a es ser educador/a: “El educador es, sobre todo, una persona que, como tal ejerce de “modelo”, y sus efectos no se circunscriben al ámbito informativo, antes bien, son múltiples y generalizados (...) un modelo que reúne una serie de condiciones (status, competencia, etc.) que lo potencian como tal, quiera o no. No se imita lo esencial por parte del alumno, sino también el comportamiento incidental, el estilo del modelo, incluso aquello que no se desea que sea percibido”. (Castillejo, 1986).

Función planificadora. De acuerdo con los objetivos, que han de ser siempre planteados a partir del estudio de la realidad del educando. En definitiva, una selección y organización del contenido, los recursos y las técnicas que ofrezca a la persona instrumentos con los que valorar la realidad, resolver conflictos, satisfacer sus necesidades y expresarse con personalidad.

Función motivadora. Estimuladora, con la alegría como vehículo emocional, generadora de participación y de la “voluntad de aprender”. La motivación debe procurarse vinculada a necesidades, deseos, aspiraciones, entorno, etc.: enseñar a aprender.

Función orientadora. Acompaña con cercanía, encauza el aprendizaje, ayuda, interrelaciona, aplica, etc., al tiempo que orienta la conducta hacia comportamientos éticos. Es modelo de habilidades sociales que le permiten ganar la confianza de los chicos y chicas.

Función inclusiva. La actuación inclusiva hace que los destinatarios participen en el proceso de cambio personal y social junto a sus familias y comunidad más cercana. Lucha contra los mecanismos de exclusión, su papel es generador de cambios sociales y estructurales en el sistema y la sociedad. La actividad Inclusiva respeta, atiende y cuida las diferencias de toda índole (culturales, económicas, funcionales…). Y, en ellas, ve motivo de riqueza, por lo que intenta que los alumnos, y con ellos su comunidad, participen en el proceso de enseñanza-aprendizaje, cultivando cualidades.

Función informadora, que ofrece al educando datos y conceptos, seleccionados y secuenciados, estructurados, etc., codificados siempre en función de sus capacidades. Los contenidos esenciales de la acción educativa del monitor o monitora son los propios de la axiología, que tiene por objeto de estudio la naturaleza o esencia de los valores y de los juicios de valor que puede realizar un individuo

Función de evaluación. Un análisis de resultados en función de los objetivos, tanto del proceso (optimización) como del producto de los aprendizajes. Y así, ser consciente de los avances y planificar a continuación con auténtico conocimiento de los próximos objetivos, para ayudar a crecer según intereses y capacidades en cada momento.

Intervención en el ambiente. El entorno inmediato del grupo y de cada participante se ve sometido a procesos de cambio, bien para facilitar la acción educativa, bien como resultado de actuaciones planificadas con fines educativos o, sencillamente, por el avance en los aprendizajes de cada persona implicada en los procesos.

Trabajo en equipo. La interacción en el seno del grupo de monitores y monitoras de un proyecto es un hecho inherente a la profesión docente. En un centro juvenil o un proyecto socioeducativo, diariamente se tienen que resolver situaciones que acostumbran a implicar a varios monitores y demás personal docente y no docente. Estas interacciones deben de ser lo más eficaces posible obteniendo la máxima participación y consenso, y la predisposición de compartir las responsabilidades que conlleven las decisiones tomadas. Coordina su actuación con otros monitores –y, en su caso, con otros agentes del ámbito como pedagogos/as, psicólogos/as, Animadores/as, Educadores/as, familiares de usuarios…- y se encuentra bajo la supervisión un/a Educador/a Social o Técnico Animador/a Sociocultural.

Formación continua. Los monitores y monitoras, igual que en otras actividades profesionales, aprenden a partir de la interacción con otros colegas, y la colaboración entre ellos y ellas se convierte en una herramienta imprescindible para favorecer una práctica reflexiva, un recurso esencial para llegar a la máxima eficacia docente. Por otra parte, a la preparación específica como monitor o monitora es frecuente sumar conocimientos y habilidades adquiridos en otros áreas de nuestra experiencia de vida y de nuestra formación.

Ámbitos de actuación

Según institución donde presta servicio, y orientación de ésta respecto a destinatarios y finalidades, seguirá un trayecto de desarrollo personal, y de formación para el desempeño de sus funciones, de paulatina especialización. Así, sitios, entidades o proyectos donde puede trabajar (como voluntario/a o profesionalmente) un Monitor o Monitora:

Centros cívicos; Centros y asociaciones culturales; Clubes, centros de tiempo libre y agrupaciones de tiempo libre educativo; Centros de Día infantil u juvenil; Centros de acogida infantil y Juvenil; Proyectos que atienden a personas con diversidad funcional; Casas de juventud; Colonias urbanas; Ludotecas; Centros de Información juvenil; Albergues; Espacios de acampada, campamentos y/o deportes de naturaleza; Granjas-escuela; Aulas y escuelas de naturaleza; Campus y actividades deportivas; Espacios de tiempo libre educativo en entornos comerciales; Centros escolares –comedor, Aula de mañana/tarde, extraescolares-; Transportes infantiles y juveniles; Centros Turísticos; Asociaciones, fundaciones, empresas o entidades públicas prestadoras de estos servicios; etc.

Antonio Martínez Cea
 

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